No solemos hacernos esta pregunta tan importante.
Enseguida nos vamos «hacia el otro/a» para ponerle encima toda la responsabilidad sobre lo que está sucediendo en la relación.
Nos resulta mucho más fácil que analizar y hacerme cargo de mi responsabilidad en lo que está sucediendo.
Pero si queremos hacer algo bueno por la relación, tenemos que empezar por nosotros mismos.

Sólo podemos cambiar nuestro comportamiento, nuestra actitud, frente a determinadas situaciones que no nos hacen del todo felices.
Es fácil pedirle al otro que cambie, que sea distinto a lo que es, que me dé lo que «yo necesito», que me haga sentir bien, pero no es realista ni respetuosa esta petición.
Primero porque el otro ya es así, es otra persona diferente, así me enamoré del otro, venía así de fábrica. Quizás ya no pueda dar más de sí, o no quiera, que también es respetable.
Mi felicidad no puede depender de la otra persona.
Eso es mucho peso para la relación y demasiada vulnerabilidad (dependencia) para ambos.
¿Entonces cómo puedo ser una buena pareja?
Siendo mi mejor amigo.

Como siempre les insisto, es fundamental que te ocupes de tí mismo, que quieras conocerte con tus defectos y virtudes, que aprendas a aceptarte e intentes superarte en lo malo de tu carácter.
Cuidándote por dentro y por fuera (sin obsesionarte nunca), queriendo lo que ves en el espejo. Conociendo y respetando tus límites: lo que me gusta y lo que no, lo que estoy dispuesto a tolerar y lo que no, lo que quiero para mi vida, lo que me hace feliz…
Una persona con Autoestima (egoísmo sano) es la que vive dentro de ciertos límites que la hacen sentir bien, no permite que nadie traspase esos límites, que le falten el respeto de ninguna manera, no pasa tiempo con quien no lo trata bien.
Cómo se conoce y se quiere, se cuida, reconoce cuando alguien o alguna situación es tóxica y pone límites, dice NO claramente a esto, deja clara su posición.

Porque quiere estar bien, sabe lo corta que puede ser la vida y elige no malgastar el tiempo en «batallitas» sin sentido, como sabe estar solo/a, porque es una buena compañía para sí mismo, no depende del otro y sabe que si la relación se termina, hay más vida después de eso. No se quedará nunca por miedo, ni por comodidad, porque valora la vida y es valiente.
Entonces aquí tenemos a una persona completa, «parada sobre sus propios pies» como decía Fritz Perls. Una persona completa, es buena pareja de sí misma y por lo tanto, lo será para otra persona.
Porque «ya está llena con su amor propio», no tiene un vacío, no espera el reconocimiento desde afuera, ya lo tiene.
Puede dejar al otro en paz, ser, porque el ya es, ya se siente satisfecho consigo mismo.

Antes de reclamar al otro lo que no te da o lo que hace mal, empieza siempre por tí.
Las personas completas, son más apetecibles como parejas, porque son seguras de sí mismas, esto resulta atractivo y porque saben querer mejor.
Nos cuesta querernos porque ponemos la vista fuera y nos valoramos en función de la respuesta que dan los demás a nuestro comportamiento. Porque nos fijamos mucho en lo que queremos cambiar de nosotros mismos. Porque nos creemos lo que opinan de nosotros aunque sea para tener que justificarnos.
Me gustaLe gusta a 1 persona