En los últimos 7 años, he tenido la suerte de que muchas personas de diferentes edades, vinieran a verme para intentar sentirse mejor.
Juntos sobrellevamos el covid, la Dana de Valencia, rupturas, enfermedades, relaciones difíciles, problemas en el trabajo, en el colegio, pérdidas de seres queridos…
Oposiciones, despidos, mudanzas, falta de autoestima, miedos…

Amor, ilusiones, éxitos, alegrías, bodas, sanaciones, nacimientos, ascensos, embarazos, triunfos, reconciliaciones…
Paso a paso, empezando con vergüenza y miedo, fuimos construyendo una relación profunda que nos permite hablar de todo y mostrarte tal cual eres sin necesidad de máscaras, porque es un espacio seguro, libre de críticas y de prejuicios.
Es difícil para mí, medir lo que cada persona me deja, me enseña, el agradecimiento por la confianza, por el compromiso, por la paciencia, porque sanar, es un proceso, que puede ser doloroso y a veces lento, pero inevitable, porque ya no se puede volver atrás.

Me quedo con cientos de anécdotas que guardo en el corazón.
Con cientos de abrazos, presenciales y online. Con lágrimas, con sonrisas, con nuevos comienzos.
Así que este es mi pequeño homenaje a las personas que han decidido venir a verme y transformarme para siempre.
