Autor: Psicóloga Laura Pérez Medina
Gracias por interesarte en conocerme.
Te comento; soy Psicóloga "de vocación", desde el año 1999.
Tengo el título por la Facultad de Psicología de Montevideo, Uruguay y por la Facultad de Psicología de Valencia, España. Desde entonces pertenezco al COPCV, Colegio oficial de Psicólogos de Valencia. (09641)
Yo utilizo la Psicología, para dar otras soluciones a lo que te preocupa, desde un punto de vista más sano y objetivo.
Quiero acercar la Psicología a todos - porque todos tenemos problemas y preocupaciones - y que poco a poco deje de ser un tabú ir al Psicólogo: "Es para locos".
A mi consulta vienen desde adolescentes, que piden a sus padres la consulta, hasta personas de más de 70 años, porque todos tenemos derecho a sentirnos mejor, a pedir y recibir ayuda, a desahogarnos, a ser escuchados, sin ser juzgados, a aprender a perdonarnos y a sacarnos el mejor partido como personas.
Si quieres sentirte mejor, aprender a quererte y respetarte (Autoestima), o si quieres conocer tu carácter (Eneagrama) y mucho más....Te espero. Consultame sin compromiso.
Podemos vernos online - sólo tienes que hablar español - o de forma presencial en la Cañada, Paterna, Valencia.
Pideme cita por whatsapp: 0034 - 651 594 631
Eneatipo 2: «El orgullo»
Eneagrama de Claudio Naranjo.
Eneatipo 1: «la ira».
«Voy al Psicólogo para sentirme mejor»
Durante demasiado tiempo se ha creído erróneamente, que «ir al Psicólogo es para los locos».
Ya es hora de que acabemos con estos prejuicios del pasado, y es mi tarea aclarar, como Psicóloga que soy, para qué puede servirte consultar/visitar a un Psicólogo.
- Para tener una opinión profesional acerca del tema que te preocupa. (Los amigos no llegan a tanto).
- Para superar eso que no te gusta de tu carácter. (Miedos, ira, vergüenza, inestabilidad, no sabes expresarte, no sabes decir NO, dependencia emocional, querer controlarlo todo, baja autoestima y un largo etc.)
- Para llevarte mejor con tu pareja, padres, hijos y amigos.
- Para ser más asertivo al comunicarte, presentarte ante los demás, ponerte objetivos y conseguirlos: COACHING.
- Para superar traumas del pasado, sanar las heridas y quedar libres para disfrutar de la vida.
- Para aprender a quererte y respetarte: AUTOESTIMA.
- Para recuperar el control de tu vida, en todos los aspectos.
- Para ayudarte a conocer el trasfondo de tu enfermedad, entender cuál es su mensaje y dejar de pelearte con ella, para juntos, superarlo.
- Para acompañarte en tu proceso de duelo, entender por dónde estás pasando, qué necesitas y que puede ayudarte.
Cómo verás puedo ayudarte/acompañarte en muchos aspectos de sentimientos y situaciones, que a todos nos preocupa o hemos sentido alguna vez. No te daré consejos baratos, ni te juzgaré. Te escucharé y juntos encontraremos los caminos mejores para tí.
Así que ya sabes, si tienes más de 12 años (y tus padres te lo permiten),
No pierdas más tiempo, que la vida es muy corta.
Atiendo en sesiones online o presenciales.
Escríbeme un whatsap: 651 594 631 o pídeme una cita por Doctoralia.
Te espero!
«DÍA DE LA MUJER»
8 de marzo: «día de la mujer»: de la mujer con Autoestima, que se quiere y se respeta a sí misma. Que se conoce, que quiere superar sus defectos y potenciar sus virtudes.
De la mujer que como se respeta, respeta a los demás, que mira a los hombres y mujeres como iguales, sabiendo que el otro me complementa, que me aporta cosas que yo no tengo, que piensan diferente y que en esa diferencia está la riqueza del encuentro. Que el arte del encuentro no se trata de intentar colonizar al otro, ni cambiarlo a mis deseos, si no respetarlo y crecer juntos, aprendiendo uno del otro.
Mujer que respeta a sus iguales, las mujeres. Que permite que las demás brillen, que saquen su mejor lado, que las ve como posibles amigas, compañeras, confidentes…no las ve como rivales, ni como competencia, porque «hay hombres y trabajo para todas», cabemos todas y cada una aporta su medicina al mundo.
Mujer que elige si quiere ser madre o no, porque este rol, requiere una libre elección de nuestra parte y un buen compañero/a o familia, que ayude y colabore a cada momento. Criar a nuestros hijos acompañadas, pidiendo ayuda y dejándonos ayudar, no vivir solas este rol tan importante, también es nuestro derecho y el del bebé, sentir una red de apoyo y sustento alrededor, le traerá paz y seguridad. No nacimos solamente para ser madres, cada mujer tiene el derecho de examinarse a fondo si quiere serlo o no, porque de esto dependerá también, que nuestros hijos sean felices, libres y con Autoestima.
Mujer que se anima a romper estereotipos. Porque confía en sí misma, se anima a probarse, no se conforma con los «no puedes o no podrás», se supera a sí misma, supera a las mujeres de su familia, va más allá, con coraje y humildad.
Personas nutrientes y tóxicas.
¿y tú en que bando estás?
Las personas nos dividimos entre: «nutrientes y tóxicas».
Las personas nutrientes son las que cuando estás con ellas, te sientes bien, cómodo, puedes ser tú mismo.
No estás a la defensiva, porque sabes que te respetan y te aprecian, tal cual eres.
Sientes que así como eres, es suficiente y no te sientes presionado a actuar de otra manera. La sensación es que el cariño y la aprobación, están dados por hecho.
Entonces te relajas y te dedicas a disfrutar del encuentro, uno siente que no sale herido del mismo, sale fortalecido, o al menos, con una sonrisa en la boca, con ganas de volver a estar juntos lo antes posible.
Con una persona nutriente: «te sientes como en casa», no hace falta ni hablar y cualquier cosa que hagas o – no hacer nada – es igual de placentero.
¿Cómo puedo ser una «persona nutriente»?
¿TE QUIERES Y CUIDAS LO SUFICIENTE?
Características de las personas nutrientes:
1- Tienen una buena Autoestima: ponen límites claros, se quieren y se cuidan por dentro y por fuera, se tratan bien a sí mismos, son positivos/realistas, honestos, con sentido de humor, tienen una vida plena.
2- No pierden tiempo hablando mal de los demás, ni quejándose. Es difícil que una persona nutriente/sana, pierda tiempo quejándose (porque siempre están buscando soluciones) y mucho menos hablando mal de los demás (porque respetan las diferencias).
3- Dicen claramente sí o no y suelen cumplir su palabra. Son personas de fiar, leales, honestos – aunque lo que tengan que decir no sea agradable o conlleve un conflicto.
4- Son personas positivas – siempre miran el lado lleno del vaso, buscan soluciones, te animan, confían en ti, se alegran realmente de tus logros y sufren también con tus problemas.
5- Estarán contigo en las malas – y también en las buenas – sabes que puedes contar con ellos desinteresadamente, que harán lo posible por acompañarte o ayudarte dentro de sus posibilidades, sin esperar nada a cambio.
Todos deberíamos aspirar a ser personas nutrientes, la mayor parte del tiempo.
Es importante hacernos esta pregunta: ¿qué dirían mis hijos, pareja, amigos, etc, acerca de mí?…
¿Cómo es estar conmigo; es un rato nutriente o tóxico?…por momentos todos caemos hacia abajo a la zona de la toxicidad, pero es fundamental, estar poco tiempo allí para hacernos y hacer el menor daño posible.
Recobrar el equilibrio emocional y las ganas de hacerlo bien como persona, es el objetivo fundamental. Tenemos que recordar; tratar a los demás, como nos gustaría ser tratados.
Personas tóxicas – características.
Según el Eneagrama, hay 9 tipos de caracteres o eneatipos: ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, miedo, gula, lujuria y pereza – * En este blog, puedes encontrar mi artículo sobre el Eneagrama – cuando la persona está en modo «enfermo» son los 9 caracteres igual de tóxicos, por diferentes motivos. Cada uno manipula el entorno de maneras diferentes. La buena noticia es que con trabajo personal es posible ir subiendo de nivel, del grado enfermo al sano y ahí ya es posible amar en condiciones, o ser una persona nutriente.
Pero mientras permanecemos inconscientes de nuestro ego, vamos a ser bastante tóxicos a saber:
1- Las personas tóxicas, son personas negativas, pesimistas, dramáticas, van de víctimas: todo lo malo les pasa a ellos, también intentan echar por tierra tus esperanzas o alegrías, es el típico «aguafiestas». Manipulan preocupando a los demás, generando tensión y mal ambiente. Te sientes mal en su presencia, nervioso, cansado, con ganas de irte rápidamente. También culpable de las que cosas te vayan bien y contárselo, porque en el fondo sabes, que no te desean todo el bien, que deberían. El lema parece ser: «si yo estoy mal, tú también lo estarás» , es decir el veneno se ha esparcido y ya te quedas con una sensación de haber hecho algo malo. He aquí la «toxicidad».
2- Personas manipuladoras, mentirosas, explotadoras: manipulan el entorno con su inteligencia usada para el mal y su «mal genio». Meten miedo, son orgullosos, se creen los dueños de la razón, te hacen sentir «pequeño», tonto, insuficiente. Gritan, hablan fuerte, se hacen notar, como si fueran más que tú o tuvieran más derecho. Mienten, transgiversan la verdad, meten cizaña, «divide y vencerás». Se aprovechan de los más débiles en su beneficio, hablan de tí a escondidas y mucho más. El veneno se ha esparcido correctamente para ellos, si efectivamente logran intimidarte, que baje tu autoestima, tu confianza en tí mismo, que tengas miedo de terminar con la relación o si intentas «comprarlos» para que te acepten, si te vas a tu casa – si esto sucede en un ámbito laboral – y sigues pensando en ellos el resto del tiempo libre.
3- Manipulan con la enfermedad. La sensación es que te tienes que sentir mal porque tu no estás enfermo, que tienes que estar 24 horas a su disposición, que lo suyo es terminal – aunque no lo sea – y exige de ti atención plena, que dejes de vivir tu vida para atenderlos y escucharlos. Te hacen sentir mal si sales a disfrutar, o a distraerte, si tienes planes, etc. Todo lo que sea salir de su entorno y hacer lo que ellos no pueden – o no quieren. El veneno se ha esparcido correctamente para estas personas si efectivamente te sientes mal por estar sano y por querer vivir la vida – y poco a poco también enfermas – para darles el gusto a nivel inconsciente.
Si te reconoces en algunas de estas características, espero que no te gustes y que esto te sirva para conocerte mejor y saber que esa misma energía que utilizas para manipular, la puedes usar a tu favor.
Ser nutriente/sano, te va a traer múltiples beneficios, relaciones sanas, Amor, plenitud en todos los sentidos. Una vida bien aprovechada y cumpliendo tus sueños uno a uno. No te pierdas esta gran oportunidad.
Eneagrama: ¿qué es y para qué me puede servir?.
El Eneagrama (del griego «enneas» estrella de nueve puntas) nos muestra en cada uno de los extremos, un tipo de personalidad. Es una antigua enseñanza sufí, que proviene de Georges Gurdjieff (maestro místico, compositor y escritor) nacido en Armenia a fines del siglo XIX. Estas enseñanzas fueron transmitidas por Oscar Ichazo (Chamán y maestro espiritual) nacido en Bolivia en 1931 a Claudio Naranjo, máximo referente sobre el Eneagrama. (Psiquiatra, músico, escritor, Maestro espiritual y referente sobre diferentes temas entre ellos, la educación.)
El Eneagrama de las pasiones humanas, nos muestra 9 tipos de personalidades que coinciden con los pecados capitales o «pasiones» características de nuestro psiquismo: ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, miedo, gula, lujuria y pereza. Las líneas interiores nos enseñan las interrelaciones que existen entre los distintos tipos (o eneatipos) en diferentes momentos de nuestra vida.
Ubicarnos en nuestro ego/personalidad, nos ayudará a comprender tantos «porqués» que nos hemos hecho a lo largo de nuestra vida y no obteníamos respuestas satisfactorias.
Comprenderemos qué estrategia emocional tuvimos que desarrollar para hacer frente a las situaciones que vivíamos en nuestra infancia y cómo lo seguimos repitiendo en el presente, aunque ya hemos crecido y las situaciones no son las mismas. Desde el ego, siempre damos las mismas respuestas, predecibles y destinadas al fracaso. Por eso la importancia de conocer nuestro tipo de personalidad, para comprendernos y poder superarnos en lo que no nos hace bien, ni nos permite evolucionar como personas.
Este es el viaje más profundo hacia el interior de uno mismo que se puede hacer, ver cara a cara a nuestro ego (carácter o tipo de personalidad) nos puede liberar, de esas correas inconscientes que traemos desde nuestra infancia, que nos están limitando sin darnos cuenta en todos los aspectos.
Superarnos a nosotros mismos, dejando atrás patrones repetitivos que sólo nos traen dolor y frustración. Aprender nuevas maneras de vivir, de relacionarme conmigo mismo y con los demás, ser asertivo, más consciente, pleno y feliz.
El conocernos realmente en profundidad es el primer paso si quiero aprender a quererme y tener una buena Autoestima, sólo podemos amar lo que conocemos y tenemos que empezar por nosotros mismos para hacerlo de forma sana con los demás.
El Eneagrama nos muestra nuestras sombras, paso ineludible para seguir avanzando hacia la luz, el conocimiento y la liberación de todo mi potencial.
A continuación haré un breve resumen de cada uno de los eneatipos. Estas son algunas de las características de los eneatipos en modo «insano»o medio, el objetivo con el trabajo personal es alcanzar el grado medio/sano, donde estas características no serán tan visibles ni limitantes.
Eneatipo 1 – La IRA. El perfeccionista – el cruzado.
Son personas amables, respetuosas, modestas, dan la sensación de ser de fiar, responsables, muy trabajadoras, austeras. Son perfeccionistas, para ellos las cosas siempre se pueden hacer mejor, nunca es suficiente. Son personas rígidas de postura y con tendencia al moralismo. Son críticas consigo mismas y los demás. Van señalando el error, el defecto y dando clase/consejos, sin que nadie se los pida, ellos se sienten con la obligación moral de mejorar las cosas y a la gente. Se sienten mejores que los demás y con ese derecho: «tratan a los adultos como niños» uno se siente empequeñecido a su lado, defectuoso, que no dará la talla.
El problema de la ira surge cuando van observando «injusticias», cosas que no están bien hechas, dichas, etc, según ellos, entonces van acumulando resentimiento y la rabia estalla de forma violenta. Pierden los papeles y se desata toda la rabia acumulada en forma de violentos reproches. Dejando al otro sin posibilidad de enmendar «semejante daño».
Eneatipo 2: EL ORGULLO. El ayudador.
Las personas orgullosas, están siempre disponibles para «ayudar», para dar consejos, son graciosos, simpáticos, divertidos, seductores. Les gusta (necesitan) ser el centro de atención, les cuesta pasar desapercibidos, no pueden aceptar fácilmente un NO, un rechazo, que los ignoren, que no les hagan el caso que el orgulloso cree merecer, porque se siente muy especial y digno de un trato deferente. Entonces se quieren hacer indispensables a través de brindar ayuda, escucha, atención, como una forma de conseguir «adeptos, fans», lo que el otro no sabe es que si acepta esa ayuda, acaba de contraer una deuda de la cual el orgulloso, no olvida e intentará cobrarse a través de diferentes reclamos. No es por lo tanto una ayuda desinteresada, necesita la aprobación y el cariño de la gente y lo intenta conseguir de diferentes maneras. Es un «dependiente» del cariño ajeno lo cual lo hace vulnerable y cuando no lo consigue, se enfrenta entonces a la cara oculta del orgullo, que es una baja autoestima, un miedo a la soledad y a no valer muy profundo.
Eneatipo 3: LA VANIDAD. «El modelo, el buscador de éxito»
Las personas vanidosas, viven buscando la aprobación ajena. Quieren ser los mejores en algo, destacar, no pueden pasar desapercibidos, están pendientes de la opinión que tienen los demás de ellos, les interesa caer bien, ser admirados.
Son muy trabajadores, les cuesta mucho parar y descansar, porque siempre quieren estar mejorando en algo, les interesa la moda, lo que se lleva, de lo que se habla, sacarse fotos, figurar, estar muy guapos físicamente. Atraer, ser deseables. Rodearse de gente importante, estar en los sitios de moda. Tener éxito, sea cual sea lo que signifique para ellos. La vanidad depende de la mirada y opinión ajena, tanto que ellos no saben bien que sienten, o que deberían sentir en algunas situaciones, tal es la desconexión con su interior. Son unos desconocidos para ellos mismos, también tienen dificultad para expresar los sentimientos y a la verdadera entrega. Por lo que pueden dar una imagen de «muñeca de porcelana fría», suelen parecer distantes y de difícil acceso. Tienen miedo a envejecer y a todo lo que signifique deterioro físico.
Eneatipo 4: LA ENVIDIA. El diferente. El artista.
La envidia es la dolorosa sensación de que «los demás son más felices o mejores que yo». Surge de una comparación con los demás y de la cual por lo general salen perdiendo. Esto les genera una sensación de no ser suficiente, de ser defectuosos en algo, diferentes, que nadie les comprende. También es un deseo de ser especial, separarse del resto. Se sienten despreciados, pero también desprecian, porque detestan el mal gusto, la ordinariez, lo común, a ellos les interesa lo extraordinario, lo que sale fuera de lo popular, que tenga estilo. Suelen quejarse mucho y dramatizar situaciones que vivieron y en las cuáles se sintieron especialmente afectadas de alguna manera. Dándoles muchas vueltas, buscando significados ocultos. También pueden tener un carácter difícil de contentar, de satisfacer, porque aunque pidan atención y consejos, pocas veces los atienden y agradecen. Nunca tienen suficiente. Buscan lo inalcanzable, lo que aún no tienen o lo que ya no tienen, les cuesta mantenerse en el aquí y ahora. Suelen boicotearse sus logros o avances. Les cuesta llegar a la meta y disfrutar del éxito. Suelen tener dotes artísticos y a través de ello «exorcizan» muchos demonios internos, transformando en algo bueno el malestar interno.
Eneatipo 5: LA AVARICIA. «El investigador» «El científico»
Las personas avaras, lo son principalmente con su tiempo, al que le dan mucha importancia. Les gusta estar solos y que nadie les interrumpa. Se sienten rápidamente invadidos y suelen retirarse (o huir) del agobio emocional, de las necesidades y expectativas de los demás. Quieren su espacio y su tiempo para sí mismos y parecen no necesitar a nadie. Dedican mucho de ese tiempo a leer, ordenadores, especializarse en algo que les interese, nunca tienen suficiente. Nunca están suficientemente preparados. Siempre pueden saber más y siempre hay algo nuevo para aprender. Podrían vivir con lo justo, casi en la miseria, aunque acumulen mucho dinero, no lo suelen gastar. La economía es «de posguerra» la sensación de que me voy a quedar sin nada, si me abro y dejo entrar a la gente, terminarán por dejarme vacío y abandonarme. Acumulan y coleccionan cosas, nunca es suficiente.
Eneatipo 6: EL MIEDO. «El soldado». «El leal».
Las personas miedosas, son inseguras y dudan constantemente. Dudan de que decisión tomar, consultan a los demás, esperando tener una orientación correcta. Son ansiosos, negativos o pesimistas. Suelen esperar lo peor, ponerse en lo peor de las situaciones. Dudan de las intenciones de los demás, cuestionan mucho, ponen a prueba. Pueden llegar a ser hipocondríacos, escuchando cada síntoma de su cuerpo e interpretándolos como graves enfermedades: «el miedo hacia adentro».
Son leales, pero a veces se quedan simplemente por miedo, no porque sean felices. No se animan a dejar, a quedarse solos, a tener que valerse por sí mismos. Existe la variante contrafóbica (6 sexual) que son cobardes que actúan como valientes, van en contra del miedo y hacen cosas arriesgadas como saltar en paracaídas, etc.
Eneatipo 7: LA GULA. «El que busca el placer» «Peter pan»
Las personas 7, tienen gula por todo lo bueno de la vida. Comida, bebida, sexo, aventuras, diversión, viajes, experiencias…el lema parece ser: «más y más» de lo bueno. Nada de cosas y situaciones desagradables, tristes, aburridas, grises. Siempre buscando nuevos proyectos, planes, les cuesta quedarse en el presente. Son adictos a lo bueno de la vida, no pueden ver el lado desagradable, la enfermedad, la muerte, la miseria, los conflictos….les gusta rodearse de gente alegre como ellos y a ser posible para ir de fiesta. También tienen intereses fuera de lo común, viajes a lugares exóticos, probar la comida más extraña, todo lo que salga de lo vulgar y cotidiano. Son los aventureros y fantasiosos por naturaleza del eneagrama, los alegres y los despreocupados. También los que no quieren envejecer ni ver el deterioro físico o mental propios de la edad. Huyen del compromiso y de todo lo que les pueda hacer sentir atados/limitados de alguna manera.
Eneatipo 8: LA LUJURIA. «El jefe» «el que intimida».
Las personas tipo 8 son las duras del eneagrama. Desprecian la debilidad, la inseguridad en los demás, pero son muy protectores de los suyos, como el Padrino. Son personas directas y sin pelos en la lengua, con pocos miramientos. Detectan cualquier fallo y hacen hincapié en eso hasta que se sienten satisfechos de alguna manera, haciendo temer al otro de sus reacciones o de las consecuencias. Intimidan y se sienten bien en ese lugar de poder, avasallan. No tienen en cuenta las necesidades ajenas, lo que importa es salirse con la suya. La lujuria es la búsqueda de la intensidad en lo que esté haciendo: discusión, velocidad, sexo, comida, drogas, bebidas, etc, todo es muy intenso, con mucha energía. Ellos quieren estar al mando, les cuesta obedecer, mantener mucho la atención, «portarse bien». Solo puede haber un jefe y lo dejan claro.
Eneatipo 9: LA PEREZA. «El nadie especial». «El mediador».
En este imagen la persona tipo 9 diría: «..no pasa nada no veo el tren, ya me moveré cuando llegue». Siempre dejan para el final lo más importante. No hay motivos tan graves como para salir corriendo o agitarse. Siempre se puede esperar un poco más a reaccionar. No hay necesidad de enfadarse, de discutir. Se está muy bien tranquilo, yendo a mi ritmo y que nadie me moleste. Hay un deseo de no enterarse, de no saber, para no tener que tomar partido, es un adormecimiento de la conciencia como dice Claudio Naranjo, más que del cuerpo, porque pueden ser personas muy activas. Activas pero sin dirección asertiva, más bien pasando el tiempo y no haciendo lo que realmente urge o lo que necesitan de él. Son pasivos agresivos, resisten en silencio y la sensación es que son imposibles de mover/sacudir.
Instantes de talleres grupales, realizados antes de la pandemia y que pronto, volveré a realizar.
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«Querida mamá».
Qué es una madre si no, una mujer que deseándolo o no, en un momento determinado de su vida, ve crecer su vientre poco a poco, siente distintos malestares físicos y muchas incógnitas emocionales.
Tiene que abrir su corazón y su cuerpo para que el pequeño ser adentro suyo, pueda vivir. Permite que viva y se alimente de ella, éste ya es el primer acto de amor.
Da la vida. La permite. Ayuda a que evolucione.
Algunas empiezan pronto a cambiar hábitos de alimentación o de conducta, porque el bebé en camino es motivo suficiente para hacerlo. Empiezan a cuidarse más que antes, porque saben que esa la única manera que tienen de cuidar a su hijo.
La mayoría de las mujeres sienten el llamado de la naturaleza enseguida, que conocen la noticia o la presienten. Empiezan a cuidar, a proteger la cría, a ocuparse y pre-ocuparse desde el primer minuto. Se transforman en «madre» en el primer minuto.
Ser madre es un «trabajo» que dura toda la vida.
Ayudar, enseñar, cuidar, acompañar, moldear a otro ser humano, que gran responsabilidad. Que privilegio.
Pero aunque esto sea una realidad, no todas las madres resultan tan buenas, porque las que están sanas emocionalmente, realmente son las menos.
La mayoría tenemos cosas sin resolver (con nuestras propias madres por ejemplo) y ese filtro si no se trabaja en terapia, se interpone en la relación con nuestros hijos.
Dañando y enturbiando el vínculo. El pasado se mezcla de forma inconsciente y repetimos patrones y asuntos inconclusos con nuestro querido hijo/a.
Entonces intentamos hacer lo mejor que podemos, pero «el camino al infierno está lleno de buenas intenciones» y nuestras limitaciones aparecen y hacen la relación complicada.
Aún así nuestros hijos siempre nos darán una segunda oportunidad. Porque nos necesitan. Ellos no nos entienden y nosotros a ellos. Las discusiones o los malos entendidos que tanto dolor provocan, no son otra cosa que «amor frustrado» que no ha podido expresarse claramente. El amor está presente, solo hay que querer vivir desde ahí. Despejar el miedo, despejar los malos entendidos, abrir el corazón.
Al fin y al cabo, somos solamente mujeres que hacemos lo mejor que podemos, con nuestra mochila a cuestas. A veces podemos mucho y eso es maravilloso para los dos y a veces no podemos tanto y empezamos de nuevo todos los días.
Por eso, siempre, GRACIAS MAMÁ, POR HABERME DADO LA VIDA. YO USARÉ ESTE REGALO, DE LA MEJOR MANERA POSIBLE.
QUERIDO HIJO/A: APRENDEMOS JUNTOS TODOS LOS DÍAS.
¿Cómo ser una buena pareja?: Siendo una persona completa.
No solemos hacernos esta pregunta tan importante.
Enseguida nos vamos «hacia el otro/a» para ponerle encima toda la responsabilidad sobre lo que está sucediendo en la relación.
Nos resulta mucho más fácil que analizar y hacerme cargo de mi responsabilidad en lo que está sucediendo.
Pero si queremos hacer algo bueno por la relación, tenemos que empezar por nosotros mismos.
Sólo podemos cambiar nuestro comportamiento, nuestra actitud, frente a determinadas situaciones que no nos hacen del todo felices.
Es fácil pedirle al otro que cambie, que sea distinto a lo que es, que me dé lo que «yo necesito», que me haga sentir bien, pero no es realista ni respetuosa esta petición.
Primero porque el otro ya es así, es otra persona diferente, así me enamoré del otro, venía así de fábrica. Quizás ya no pueda dar más de sí, o no quiera, que también es respetable.
Mi felicidad no puede depender de la otra persona.
Eso es mucho peso para la relación y demasiada vulnerabilidad (dependencia) para ambos.
¿Entonces cómo puedo ser una buena pareja?
Siendo mi mejor amigo.
Como siempre les insisto, es fundamental que te ocupes de tí mismo, que quieras conocerte con tus defectos y virtudes, que aprendas a aceptarte e intentes superarte en lo malo de tu carácter.
Cuidándote por dentro y por fuera (sin obsesionarte nunca), queriendo lo que ves en el espejo. Conociendo y respetando tus límites: lo que me gusta y lo que no, lo que estoy dispuesto a tolerar y lo que no, lo que quiero para mi vida, lo que me hace feliz…
Una persona con Autoestima (egoísmo sano) es la que vive dentro de ciertos límites que la hacen sentir bien, no permite que nadie traspase esos límites, que le falten el respeto de ninguna manera, no pasa tiempo con quien no lo trata bien.
Cómo se conoce y se quiere, se cuida, reconoce cuando alguien o alguna situación es tóxica y pone límites, dice NO claramente a esto, deja clara su posición.
Porque quiere estar bien, sabe lo corta que puede ser la vida y elige no malgastar el tiempo en «batallitas» sin sentido, como sabe estar solo/a, porque es una buena compañía para sí mismo, no depende del otro y sabe que si la relación se termina, hay más vida después de eso. No se quedará nunca por miedo, ni por comodidad, porque valora la vida y es valiente.
Entonces aquí tenemos a una persona completa, «parada sobre sus propios pies» como decía Fritz Perls. Una persona completa, es buena pareja de sí misma y por lo tanto, lo será para otra persona.
Porque «ya está llena con su amor propio», no tiene un vacío, no espera el reconocimiento desde afuera, ya lo tiene.
Puede dejar al otro en paz, ser, porque el ya es, ya se siente satisfecho consigo mismo.
Antes de reclamar al otro lo que no te da o lo que hace mal, empieza siempre por tí.
Las personas completas, son más apetecibles como parejas, porque son seguras de sí mismas, esto resulta atractivo y porque saben querer mejor.
¿Por qué nos cuesta tanto querernos?. Conociendo el «Egoísmo sano».
La Biblia dice: «ama a tu prójimo como a tí mismo», sin embargo no está muy bien visto el hacerlo…
Nos enseñan que «primero los demás» y que «hay que ser buena persona», que está mal ser «egoísta» y de esta forma nos vamos desconectando de nuestro interior, guardando frustraciones «bajo la alfombra» y nos vamos convirtiendo en unos grandes desconocidos…
Vamos apagando poco a poco la conexión con nuestro centro, la señal cada vez es más débil y confusa porque tuvimos que aprender rápidamente a mirar hacia afuera, relegando nuestros verdaderos deseos, para satisfacer lo que se esperaba (o necesitaba) de nosotros.
Hay personas que se critican duramente a sí mismas, que se maltratan de distintas maneras, que se aborrecen, que hablan mal de sí mismas, se deprimen a sí mismas, desconfían de sí mismas…que son su peor enemigo.
Demasiado pronto tuvimos que dejar de preguntar, de «patalear» por lo que queríamos, pronto nos domesticamos, olvidamos nuestros sueños y así fuimos matando nuestra esencia verdadera, para poder ser aceptados y pertenecer.
Realmente cuando somos pequeños, no tenemos opción. Necesitamos pertenecer a la familia, tener amigos, sentirnos «adentro», no podemos sobrevivir sin «la manada» y para ello pagamos altos precios.
La buena noticia es que: esto no tiene porqué seguir siendo así de adultos.
Es nuestra responsabilidad ahora que podemos ocuparnos de nosotros mismos y elegir cómo queremos vivir el tiempo que nos quede de vida.
Nuestros padres no pudieron enseñarnos algo que ni ellos conocían. No podemos reclamar nada allí. Hay que dejar de mirar hacia atrás para culpabilizar y hacernos responsables de nuestro crecimiento interior.
Nosotros sí podemos «liberar» a nuestros hijos del desconocimiento de sí mismo, del desamor, de la falta de esperanza, de la dificultad para confiar en lo bueno de la vida.
Nosotros si que podemos aprender como es vivir desde el «Egoísmo sano» o la Autoestima, como a mí me gusta llamarlo.
Aprender a conocerme con mis defectos y virtudes y querer superar los obstáculos que me plantea mi carácter, los que solo me traen infelicidad, soledad, malos entendidos….conociéndome es la única manera de poder amarme, porque no se puede amar lo que no se conoce.
Amarme, querer superarme como persona, cuidarme por dentro y por fuera (sin obsesionarme, sin maltratar mi cuerpo) , estar al día de mis necesidades e intentar satisfacerlas. Expresar mis sentimientos, todo tipo, no solamente los agradables. Pero especialmente, los agradables, los que construyen, no los que destruyen relaciones.
Saber que tengo derecho a enfadarme, a tener miedo o a estar triste, pero tengo que querer salir de ahí cuando sea el momento, no es bueno permanecer mucho tiempo en ninguna de estas emociones, a no ser que estemos pasando por un duelo.
Cuando nos sentimos bien, somos «naturalmente buenos» como dice Claudio Naranjo. Cuando aprendemos a cuidarnos y respetarnos, podemos hacer lo mismo con los demás.
Cuando tengo claro mis límites: lo que quiero y lo que no, lo que estoy dispuesto y lo que no, también podré respetar los de los demás. Seré una buena compañía para ellos, porque antes lo soy para mí y este es el orden. No se puede alterar.
Así que esta es la manera correcta de vivir «amando al prójimo como a tí mismo», empezando por tí, por ser tu mejor amigo, por perdonarte los errores del pasado, haciendo las paces contigo mismo y agradeciendo el estar vivo, para poder seguir creciendo como persona y disfrutando el regalo de estar vivo.
No deberíamos querer morirnos sin antes haber hecho las paces con nosotros mismos.
Autoconocimiento y Autoestima.
«Conócete a tí mismo».
Mira hacia adentro y despierta.
La base para una adecuada Autoestima es el autoconocimiento.
Sólo se puede aceptar y amar, lo que se conoce, es nuestro derecho hacer ese viaje interior para conocernos en profundidad.
Uno de los grandes objetivos de la vida debería ser el conocernos a nosotros mismos.
Poder mirar nuestras luces y sombras de frente, nos harán más fuertes, más claros, más felices.
No podemos cambiar algo, si no sabemos que lo tenemos. No podemos saber en qué necesitamos mejorar, si antes no fuimos capaces de mirar estos obstáculos y aceptar que están ahí.
No es suficiente, ni totalmente cierta la opinión que tienen los demás de nosotros mismos, porque los únicos que nos conocemos totalmente somos nosotros, aunque lamentablemente, permanecemos ciegos y sordos a muchas cosas que sentimos o pensamos, no nos escuchamos, ni sabemos cómo hacerlo, nos respetamos poco.
Cuando no tenemos una adecuada autoestima, podemos darle el derecho a cualquiera de tener poder sobre nuestra vida.
Entonces nos volvemos vulnerables a la opinión ajena y fácilmente manipulables, porque no somos nuestro centro: «No nos habitamos». Cualquiera pasa a tener poder sobre nosotros y es ahí donde empiezan muchos problemas de malestar, ansiedad, preocupaciones, fobias….y todo tipo de enfermedades físicas. La opinión de los demás es la que gobierna nuestra vida y nos importa y afecta más, que la propia. Tenemos la mirada afuera y colocamos al otro en un lugar de poder.
Tenemos que aprender a querernos, a aceptar los defectos y virtudes y trabajar en lo que no nos hace bien. Podemos cambiar lo que nos limita. No puede nunca venir desde afuera la solución. No podemos sentarnos a esperar que el otro cambie o que la situación que nos angustia cambie mágicamente por mucho que nos «hagamos las víctimas» o nos enfermemos.
Somos los responsables de nuestro bienestar y del grado de autoestima que alcancemos. Nuestros padres nos dieron el don de la vida y es nuestra responsabilidad hacer con ella, lo mejor que podamos, ya no nos deben nada ni pueden darnos más de lo que nos dieron, porque la vida es el regalo, nosotros decidimos «cómo lo gastamos».
Es fácil responsabilizar al entorno de nuestros males, pero nadie puede hacernos daño, si no se lo permitimos.
La verdad es que se puede hacer mucho para mejorar y sentirnos bien. Saliendo de la «zona de confort e ignorancia» ganaremos en tranquilidad y plenitud.
No hay que perder nunca la esperanza, tenemos que honrar la vida y sacarle el máximo partido. Cualquier persona que esté ahora mismo en el hospital con pronóstico grave, pediría cambiarse con alguien sano y tener la oportunidad de vivir un tiempo más, para poder cambiar lo que hizo mal hasta ese momento. No hace falta que lleguemos a ese extremo para recapacitar y ponernos manos a la obra en nuestro interior.
Practicar el «egoísmo sano», aprender a querernos y ponernos en primer lugar, porque así también nuestros hijos cuando son pequeños (que son los únicos que dependen de nosotros directamente) podrán también beneficiarse de nuestro cambio.
Tener unos padres que se sienten bien consigo mismos, que son felices, es un descanso para los hijos y ellos pueden ser lo que son, simplemente hijos.
Para conocernos hay varias maneras. Lo primero es ir al Psicólogo porque así como cuando tienes problemas con tu dentadura, vas al dentista, cuando tenemos problemas o inquietudes a nivel emocional, hay que ir al Psicólogo.
Lamentablemente en algunas sociedades todavía, hay algunos tabúes respecto a ir a este profesional. Se asocia con que «estás loco» y nada más lejos de la realidad. Realmente cuando hay algún problema grave como puede ser una Esquizofrenia (que esto no significa que se esté loco tampoco) hay que ir al psiquiatra y este es un médico que les recetará medicinas.
Esta es la diferencia básicamente entre psiquiatras (médicos que recetan) y Psicólogos. Cuando no necesitas medicación y necesitas tu espacio para hablar y otras miradas sobre lo que te preocupa.
Puedes practicar la meditación, es muy recomendable el poder parar y escucharse, tener un espacio de paz, para recargar las pilas. Encontrarse en el silencio, nos dará muchas respuestas.
Leer libros de autoayuda, ir a charlas, talleres de temas que te interesen. Rodearte de personas con intereses similares. Tener una persona en quien confíes y te muestres con ella tal cual eres, un espacio para «la confesión íntima» como dice Claudio Naranjo.
Yo les recomiendo el Eneagrama, porque es el viaje interior más profundo que se puede hacer. Conocer nuestro ego o parte oscura (eneatipo o tipo de personalidad) que se formó en la infancia es fundamental, conocer nuestra máscara y poder desde ahí, empezar a superarme, dejar atrás viejos patrones de comportamiento que solo me traen dolor e insatisfacción. Claudio Naranjo es el médico/psiquiatra que perfeccionó este sistema, puedes encontrarlo en mi canal de youtube.
Así que si quieres realmente conocerte y poder superarte estas son algunas de mis recomendaciones. No te conformes con vivir a medias, no desperdicies un día más sin aprender a quererte y cuidarte.
Una vida sin Autoestima, es media vida.
Lucha por tus derechos, vive, alcanza la mejor versión de tí mismo.