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¿Quién soy?

Psicóloga Laura Pérez Medina

¡Hola a todos!

Gracias por tu interés.

Si has llegado hasta aquí, quizás hay algo que te preocupa y necesitas solucionar, comprender, cambiar…
Todos tenemos preocupaciones y cosas que queremos superar, sentirnos mejor en determinados aspectos de nuestra vida y llega un momento en que nos conviene buscar otras miradas más objetivas y profesionales, por lo tanto, te voy a contar qué es lo que yo puedo ofrecerte.

Tengo 25 años de experiencia y amo mi profesión porque soy Psicóloga de vocación.

Después de haber pasado por dos Facultades de Psicología (Montevideo, Uruguay y Valencia, España) y haber estudiado durante toda mi vida profesional diferentes enfoques, me he quedado con los que a mí personalmente me han servido y que han sido más efectivos con mis pacientes:

Terapia Gestalt, Eneagrama de Claudio Naranjo, Constelaciones familiares, Coaching y actualmente me encuentro estudiando la Cábala con Mario Sabán.

A lo largo de estos 26 años, he llegado a una conclusión muy importante:

Sin Autoestima la vida es muy difícil.

Entonces me dedico a que aprendas a quererte, a perdonarte y a tratarte como tratas a la persona que más quieres, que aprendas a priorizarte sin sentirte culpable, que seas valiente con los cambios que tienes que hacer y mucho más…


Mi terapia está centrada en la Autoestima y todos los servicios pueden ser online y presencial:

  • Terapia individual, adolescentes y adultos.
  • Curso de Autoestima para adolescentes y adultos.
  • Acompañamiento a mujeres que quieren quedarse embarazadas, a madres embarazadas y en el post parto.
  • Asesoramiento y acompañamiento a padres (paternidad).
  • Eneagrama (los 9 tipos de personalidades) Curso.


He sido elegida por la Universitat de Valencia como representante de los Psicólogos que trabajamos online, lo cual ha sido todo un logro para mí y confianza para tí, que estás fuera de Valencia y lo que te ofrezco, te resuena.

Si has llegado hasta mí, esto es una señal de que juntos, podemos seguir aprendiendo a ser más felices y mejores personas.

Espero tu mensaje, sin compromiso.

Gracias a la Universitat de València, UVocupació, por haberme elegido para explicar la labor de los Psicólogos que trabajamos online y todos sus beneficios. Con el deseo de que los jóvenes que hoy se están formando, desarrollen esta herramienta y que podamos llegar a toda las personas que nos necesiten, más allá de las limitaciones geográficas.

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Parejas. Uno más uno.

«El arte de estar con otra persona y ser felices ambos».

Alguna vez te has preguntado; ¿cómo es ser tu pareja?…¿que aportas de bueno al otro como para querer seguir siendo tu pareja? …¿qué intentarías cambiarte a tí mismo?…¿de qué se quejan o se quejaban tus exs parejas de ti?…y esta pregunta me encanta:

¿estarías con alguien como tú?

¿por qué sí y por qué no?….

¿Cómo es ser mi pareja?

Quizás te estés preguntando porqué empiezo este artículo preguntándote cosas a tí mismo, en vez de hablar del otro. La respuesta es muy sencilla. Este es uno de los errores que más habitualmente cometemos: el señalar al otro, culpandolo de todos los males de la relación. Con ese dedo que señalamos al otro, si realmente queremos hacer bien las cosas: tenemos que señalarnos a nosotros mismos y ahí la situación cambia bastante, digamos que hay un 50 % de posibilidades más, de hacer las cosas mejor.

La relación de pareja: ese arte del encuentro más profundo. Ese espejo donde nos miramos tan de cerca, que saca lo peor y lo mejor de nosotros mismos. El otro como espejo. Me gusta esta metáfora.

Entonces señores, aquí estamos otra vez empezando por el principio: «por uno mismo».

Analizando nuestra responsabilidad en el bienestar o malestar de la relación. Que al ser dos personas, es necesario repartirla y lo deseable es que cada uno, haga su reflexión profunda y sincera, que sea capaz de darse cuenta o de reconocer que está haciendo mal y ponga manos a la obra en cambiarlo si es que el sentimiento es lo suficientemente fuerte como para que uno arriesgue: «el cambiar».

Hace falta una mezcla interesante de sentimientos

y actitudes para mantener una relación sana.

Lo primero y lo más obvio: es que usted esté lo suficientemente sano emocionalmente, muchas veces nos metemos en relaciones, simplemente porque no nos aguantamos a nosotros mismos, ni la soledad o buscamos reemplazos a mamá o papá o a exs. Demás está decir que todas estas búsquedas, están destinadas al fracaso.

Uno tiene que ser capaz de aguantarse la soledad, conocerse a solas, haber aprendido de errores (oportunidades) anteriores, uno tiene que haber sufrido lo suficiente como para aprender – a no repetir ciertos comportamientos/actitudes que nos trajeron sufrimiento.

Entonces si usted sabe lo que es estar a gusto a solas, casi seguro será una buena pareja.

Porque no va con tantas necesidades al otro, no pondrá esa mochila en la relación. No buscará que el otro lo llene – porque usted ya está lleno de usted mismo. No pedirá cosas que usted puede darse – no manipulará para que el otro sea como usted necesita que sea, etc.

Otra cosa que hacen las buenas parejas: es respetar las diferencias.

Las personas con Autoestima, no andan por ahí queriendo que les den la razón. No necesitan esa validación exterior. Entonces saben respetar y entienden que el otro – no tiene porqué pensar como yo – que no tengo que convencerlo de nada – (falta de respeto) – incluso aprovechan las diferencias, para seguir aprendiendo. No discuten porque sí – hacen cosas más productivas y más sanas con su tiempo.

Una buena pareja sabe poner límites. No porque te quiera mucho, te voy a permitir cualquier cosa. Decir no, es parte del amor. Primero siempre estará mi salud mental y física, antes que la del otro.

Cada uno debe tener su espacio personal, independientemente del espacio de la relación.

Tener amigos, mantener el contacto con las familias, hobbies, todo lo que a uno le haga bien, es bueno poder nutrirse fuera de la relación, para llegar a ella, con las pilas cargadas. Para tener una relación sana: tienen que haber dos personas completas. No una y media, no dos medias personas.

Uno no puede colgarse del otro, ni esperar que el otro me haga feliz: esa no es su responsabilidad.

Si buscas una madre o un padre, ten por seguro que no tendrás una relación sana ni próspera. Si el otro está lo suficientemente sano, pronto te dejará porque ese pedido a menudo inconsciente: no le corresponde, ni es posible de satisfacer.

Las personas que te conviene tener cerca, siempre te dirán la verdad aunque eso signifique que haya problemas en la relación, pero también serán los primeros en alegrarse por tus logros, son felices viéndote feliz, confían en ti, te animan, te sientes seguro con ellos, uno siente que está con su mejor amigo/a, además de con su pareja.

«El arte del encuentro»

Por eso, si quieres ser una buena pareja: empieza por conocerte a solas, aprende de tus errores, respeta las diferencias, pone límites, no te olvides de tí mismo – pero ten en cuenta al otro, hazlo sentir que le importas, escúchalo, intenta ponerte también en sus zapatos.

«Estamos juntos para hacernos la vida más fácil y feliz.»

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Padres e Hijos.

Nuestros padres, también fueron hijos y nuestros abuelos, bisabuelos ….

Me atrevo a decir que cuanto más atrás buscamos en nuestro árbol genealógico, más duras eran las condiciones de vida. Más desgracias pasaban, guerras, hambre, muertes violentas o tempranas por enfermedades, abandonos, violencia….

Mucho miedo y muchas privaciones pasaron por lo general nuestros antepasados y no hace falta remontarse tanto en el tiempo, nuestros padres fueron hijos y nietos de estas situaciones tan difíciles.

Con esta introducción pretendo que nos pongamos un poco en los zapatos de nuestros padres y podamos comprender que ellos también son hijos de todas estas limitaciones.

Los padres siempre hacemos daño, aún con las mejores intenciones. Es inevitable, pero si miramos hacia atrás con compasión – podemos entender que es difícil que nos enseñen algo, que ellos tampoco lo tuvieron. Que nos dieran eso que necesitábamos o necesitamos; cariño, comprensión, ternura, escucha, apoyo… si ellos tampoco lo tuvieron.

Es difícil enseñar o dar algo que no se tiene. Y doy fe que lo intentamos (aquí hablo como madre).

De mayores es importante que dejemos de mirar para atrás para reclamar lo que nos faltó o lo mal que lo hicieron conmigo, porque ahora ya sabes que tus padres también fueron hijos de sus circunstancias.

Fueron niños como nosotros, asustados, perdidos, solos, que hicieron lo que pudieron para sobrevivir.

Volviendo al presente y a lo que sí podemos hacer; lo primero es esto, que dejes de mirar para atrás – (me refiero al concepto de Constelaciones familiares, donde todos tenemos un orden y un rol dentro de la familia y nuestros padres están detrás de nosotros, por haber nacido antes y habernos dado la vida) y te concentres en lo que necesitas sanar y cambiar de tu carácter, en lo que quieres hacer con tu vida, cómo la quieres aprovechar, etc.

Concentrar nuestra energía en el presente y «redirigir nuestro barco» hacia el puerto que queramos ir.

Delante de nosotros, cronológicamente, están nuestros hijos. A ellos tenemos la obligación de guiar, ayudar, animar, liberar de nuestra historia, hasta que ellos nos lo permitan.

¿Cuál es el mejor regalo para un hijo?

Esta respuesta es sencilla: piensa en lo que a tí te faltó.

¿Amor incondicional, apoyo, confianza, límites, disciplina, el respeto, la compasión….?

Liberar a nuestros hijos de nuestra historia: «de lo que nos quedó por hacer», ellos no tienen porqué cargar con la mochila de nuestros asuntos sin resolver. Ellos no están aquí para ser nuestras muletas, ni para acompañarnos en la soledad.

El amor es generoso: tenemos que querer que ellos sean más felices que nosotros.

Que sean ellos mismos – no, nuestro clon o continuación.

Que no nos tengan miedo: sí respeto, pero desde la admiración.

Que sepan que no somos sus amigos: somos mucho más importantes: somos sus padres y esto es para toda la vida.

Mira a tu hijo y libéralo de tu historia.

Libera a las nuevas generaciones de patrones enfermos.

Mira a tu hijo y mírate a ti mismo, con amor y compasión.

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Eneagrama

La palabra Eneagrama viene del griego «enneas»: nueve y significa «estrella o diagrama de nueve puntas», en cada una de los extremos encontramos un tipo de personalidad: «eneatipo» o carácter.

El Eneagrama es un símbolo de origen milenario, que proviene de una antigua enseñanza Sufí. 

George Gurdjieff (Armenia 1869). 

Músico, filósofo, director de teatro, utilizaba la danza como movimiento armonizador (danzas sagradas de Gurdjieff) y escribió muchos textos acerca del “despertar interior”.

Fundó el grupo. “Seekers after truth” S.A.T. (Buscadores de la verdad).

El relevo de estas investigaciones lo tomó años más tarde, Oscar Ichazo (Bolivia 1931). Quien en la década de los 50, el descubrió la conexión existente entre el símbolo del Eneagrama y los diferentes tipos de personalidad, relacionados con las nueve principales tendencias o pasiones de la condición humana: ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, miedo, gula, lujuria y pereza. 

El discípulo más destacado de Ichazo fue: Claudio Naranjo (Chile 1932 – 2019)

Médico Psiquiatra, músico, él se dedicó a investigar y desarrollar el Eneagrama y es el autor de la mayoría de los textos más importantes sobre Eneagrama, investigaciones sobre la Educación y muchas temas actuales de gran importancia social. Claudio Naranjo está considerado como uno de los máximos referentes de la Psicología Humanista y transpersonal. Profundizó en los diferentes tipos de meditaciones, religiones y continuó con el legado e investigación de Gurdjieff, llevando adelante los S.A.T, actualmente los dirigen sus colaboradores y alumnos.

Claudio Naranjo.

2- QUÉ ES EL ENEAGRAMA Y PARA QUÉ ME PUEDE SERVIR. 

El Eneagrama describe nueve tipos de personalidades/caracteres.

Parte de la base de que todos tenemos una naturaleza básica (esencia) que es distinta de nuestra personalidad adquirida. 

La propuesta de trabajo es desandar el camino que nos alejó de nuestra parte más sana (esencia) y volver hacia ella a través del trabajo con el Eneagrama. “Un camino de vuelta a casa”.

A partir de este momento, basta de introducción y teoría, te comparto mis vídeos donde explico brevemente los 9 eneatipos. Deseando que te interese conocerte más y a partir de ahí empiece un nuevo capítulo en tu vida…

Eneatipos 1, 2, 3 y 4. Ira, orgullo, vanidad y envidia.
Eneatipos 5, 6 y 7. Avaricia, miedo y gula.
Eneatipos 8 y 9. Lujuria y pereza.

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Autoestima

«Sí, puedo hacerlo»

Autoestima: «Estima por uno mismo».

Cuando éramos pequeños, el cómo nos hacían sentir y la opinión que tenían nuestros padres de nosotros, más algunas otras experiencias, más o menos satisfactorias, fueron construyendo la imagen/opinión, que tenemos de nosotros mismos o dicho de otra manera, nuestra Autoestima.

Crecimos pensando de nosotros, «»x cosas», que somos «tontos», «muy guapos», «poco inteligentes», «que no servimos para tal o cual cosa» o que se nos da bien otras, que tenemos mal carácter, etc. etc. La lista es interminable. ¿Qué te decían a tí y te lo creíste?

Obviamente cuando somos niños es imposible cuestionar si lo que me dicen las personas de las cuales dependo totalmente, es cierto o no es cierto. Especialmente los juicios negativos, son los que más nos marcan y limitan, ya que si «mamá o papá decían eso de mí, así debe de ser» y no sabemos cómo ser de otra manera, porque nos creemos que no podemos cambiar nada y eso es lo que tenemos que hacer y ser. Crecemos «defendiendo» de alguna manera estos juicios sobre nosotros, también como en una especie de lealtad negativa hacia nuestros padres. «Si ellos piensan o quieren eso de mí – eso voy a hacer»: es que los hijos somos fieles a nuestros padres a veces hasta nuestra muerte – tanto creemos que los necesitamos – que hacemos cualquier sacrificio por ellos. Innecesario: como veremos más adelante.

Estos primeros juicios sobre unos niños que están empezando a dar sus primeros pasos en la vida, inmaduros física y mentalmente – que hacen lo mejor que pueden para adaptarse allí donde estén – con la necesidad de ser queridos y aceptados – parte de la manada – alimentados, cuidados y queridos – necesidades básicas para nuestra supervivencia – somos juzgados – o juzgamos rápidamente a nuestros hijos – los que somos padres, sin ser conscientes del daño que podemos llegar a hacerles poniéndoles etiquetas muy difíciles (pero no imposibles, por suerte) de quitar.

Por eso la importancia de que tú, ser adulto, te conozcas más en profundidad.

Más allá de lo que los demás – pudieron – ver en tí. Ellos también pueden equivocarse – «todos podemos equivocarnos». Anímate a mirar hacia adentro y libertarte de las etiquetas que te hacen daño y te limitan. ¡En su lugar puedes poner otras mucho más positivas y esperanzadoras!

«nunca sabrás de que eres capaz, si no lo intentas»

Tienes que aprender a ser tu mejor amigo. A confiar en ti. A hablarte bien, a cuidarte por dentro y por fuera. A respetarte: no pasando tiempo con gente que no te quiere de verdad, «decir que no» a todo lo que no te hace bien, poner límites. Que en tu vida solo se queden, los que te demuestran que valen la pena y tu compañía. Tienes que querer tener una vida plena. Probarte, superarte, tener retos, aprender todos los días de algo o de alguien, cada día puede ser el último, así que no hay tiempo para perder.

Tienes que saber: que nuestros padres, también fueron niños con necesidades y miedos, como tú y como yo e hicieron lo mejor que supieron contigo.

Agradéceles el regalo más importante que te dieron: que fue darte la posibilidad de VIVIR: haz con este regalo, lo mejor que puedas!!! para ellos también será una alegría enorme verte ser feliz, ver que los has superado como personas, que has llegado más lejos que ellos….aunque quizás no sepan cómo decírtelo, o ya no te lo puedan decir, dalo por hecho que es así.

«Tu felicidad es motivo de felicidad para quien te quiere de verdad».